diario hipotético de un joven actor

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martes, 29 de marzo de 2011

La nochevieja de los astronautas

El local de ensayo es un sitio lleno de astronautas. Seguid leyendo y lo entenderéis.

En un local de ensayo pasan cien mil cosas en una sola jornada de trabajo. No caben en un libro entero. Los saludos, el nuevo que poco a poco va cogiendo confianza con la gente, el director que lleva el timón, mitad cediéndolo a los actores, mitad poniendo los puntos sobre las íes; a veces te toca tener el día tonto en un ensayo y es terrible: vienes demasiado cansado, o te ha pasado algo en tu vida de fuera del teatro, y no has conseguido dejarlo esperando en la puerta, o estás agobiado porque tienes cien mil frentes abiertos y aunque se ve la luz al final del tunel, no tienes muy claro si eso podría ser una luciérnaga despistada. otras es maravilloso ir a ensayar. Se disfruta cada palabra, cada gesto, cada movimiento, cada mínima reacción de tus compañeros.

Con el tiempo les has ido conociendo. Son cada uno de su padre y de su madre, de universos paralelos, y míralos, míranos, aquí estamos, juntitos, un poco como una familia en nochevieja, que si no fuera por esto no coicidiríamos ni de coña, pero la vida es así. Y realmente, es un microcosmos sociológico.

Te ríes con tus compañeros, porque un proceso de ensayo, y más cuanto más cerca esté la fecha de estreno, genera tensión, prisas, hay que decidir cosas y descartar otras. Y como no les cojas un poco de cariño (o un montón), pierde la gracia.

Pero también te toca discutir. Defender tu posición, si es que la tienes y si no, saber escuchar. Hay un abismo cuando cerramos la mente y vemos la posición contraria como un algo que combatir en vez de como un alguien tratando de hacerlo lo mejor posible. Y cuando nos encaramamos al "esto se hace así" o "yo por eso no pienso pasar". A todos nos pasa alguna vez.

Hay que decidir, no puede entrar todo. El teatro es una experiencia muy personal, creo. Cada mínima cosa en escena, pasa por el imaginario de cada actor con un significado único, que sólo existe en su mente. Pero a la vez es grupal, tiene que ser compartida y compartible. Es un acto simultáneamente público y privado.

¡Lo que es es un puto lío!

Y los roces aparecen. No voy a pretender saber cómo evitarlos. No siempre sé como hacerlo. Otras veces soy un genio, depende. Cada vez tengo más preguntas y menos certezas.

El regusto que deja un ensayo tenso es muy raro. Gente a la que aprecias de verdad, haciendo todos juntos algo que a todos les encanta, y todos tensos. Discutiendo. Enredándose en dimes y diretes. Es contradictorio. ¿no? No necesariamente, el mundo es muy complejo. A la vez de las discusiones están las risas que antes mencionaba. porque es necesario. Y porque a todo humano le gusta reirse. Y porque la risa refrigera la sala de ensayo. ¡Te ríes con unos tipos a los que no conoces mucho, aunque les has cogido cariño, con los que además estás tenso, mientras hacéis todos algo maravilloso pero que es muy complicado!

Supongo que los astronautas cenando en nochevieja se sienten más o menos así cuando están ahí arriba en el espacio.

Bueno, entre unas cosas y otras llega el final del ensayo. Y el camino a casa, sobre la bici. Y tiempo para pensar ¿he hecho bien esto, o lo otro? En las discusiones de hoy entraban en juego capas más profundas de lo que yo esperaba. mis porqués y mis porqué no, la manera en que entiendo muchas cosas, cosas de mis resortes como actor. Han salido a relucir después del ensayo, ya solo. paseando. Reflexionando, Repasando el ensayo punto por punto. Hay verdades que uno no se quiere reconocer. Pero cuando aparecen, te jodes. Ya no tiene sentido que lo niegues ni que te pongas gruñón. Acéptalo, aprende lo que puedas y trata de hacerlo mejor la próxima vez. Y no te atragantes con las uvas, que el viernes tienes función.

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